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Breve Historia del
Buceo Autónomo
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Desde tiempos inmemoriales el hombre y su curiosidad se conjuntaron para la exploración del mundo que subyace bajo la superficie de mares y océanos. Esto llevó al descubrimiento de maravillas de fauna y flora, pero también al desarrollo de terribles armas utilizadas contra sus semejantes en guerras que dejaron millones de muertos. |
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Sin duda tres importantes motivos, propios de la naturaleza humana, empujaron a nuestros antepasados a dar ese primer paso crucial que nos ha llevado hasta nuestros días. La búsqueda de alimentos, la de elementos suntuarios (perlas, coral, conchas, etc.) y por último, la más humana de todas, la curiosidad. |
Casi diez siglos antes del inicio de la era cristiana ya asirios y caldeos practicaban ya algunos rudimentos del buceo autónomo. En bajorrelieves de la época se aprecian a buceadores provistos de una vejiga a modo de reserva de aire. Según los estudiosos esta técnica era usada principalmente con fines bélicos, aunque otros sostienen que son simplemente flotadores usados como por los nadadores. |
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En los "Problemas" del gran filósofo Aristóteles se mencionan dos tipos de aparatos de inmersión. La Lebeta, palabra griega que significa caldero, es uno de ellos. Esta no es mas que la campana de buzo, cuyo uso es antiquísimo en el Mediterráneo, y consiste en un gran vaso de metal que, en posición invertida, se sumerge en el agua, quedando así aprisionado en su interior el volumen de aire que su capacidad admita. La campana húmeda constituye uno de los artefactos más eficaces de cuantos fueron empleados desde época antigua para el reconocimiento del fondo de mares y ríos, y la recuperación de los objetos que se pudieran encontrar de interés para el hombre. Las campanas podían ser construidas en madera, en este caso requerían de gran cantidad de lastre para que se pudieran hundir, o metálicas, lo que les permitía conseguir fácilmente la profundidad deseada. |
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Este implemento se fue modificando. Desde la campana de cristal, a pedido de Alejandro Magno para observar el mundo submarino, hasta el 1690 en que el inglés Edmund Halley creara una forrada de plomo convenientemente distribuido para permitir su hundimiento y evitar posibles vuelcos durante la inmersión. disponía de un cristal para facilitar el acceso de luz al interior, mientras que en la parte inferior una plataforma, separada un metro del acceso a la campana, quedaba suspendida de tres cuerdas con un peso en cada extremo de cincuenta kilos, suspendido de la misma, para mantenerla fija en el fondo. Su innovación respecto a las campanas anteriores consistió en dotarla de un sistema rudimentario de alimentación de aire hacia su interior. |
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Lethbridge en 1715, carpintero, diseñó un ingenioso sistema. Un contenedor de madera de 1,80 m de longitud y 75 cm de diámetro con un aspecto troncocónico. Dos orificios permitían la salida de los brazos para que éstos pudieran operar bajo el agua. El equipo se operaba desde una embarcación, colgando de una cadena. Su inventor afirmaba haber conseguido sin dificultad los 22m de profundidad empleando el equipo para rescatar naufragios. Su limitación era la renovación del aire respirable, que obligaba a realizar ascensiones cada media hora.
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