El equipo de Philips (1856), equipo articulado de origen americano que supone un adelanto con respecto a los modelos predecesores: si bien todavía conserva una línea estructural cilíndrica, por primera vez se incorporan características para adaptarse a la configuración del cuerpo. Dispone de un sistema independiente de ajuste o control de la flotabilidad mediante un globo. Incorpora una doble manguera para proveer de aire a presión atmosférica al ocupante. Al igual que los dispositivos que le precedieron, y a pesar de sus adelantos operaba siempre suspendido desde una embarcación en superficie mediante una cadena. Fue antecesor del equipo Lafayette con tubos de aire rígidos.  Sin embargo, la estructura reforzada del Lafayette carecía de articulaciones y, aunque aguantaba bien la presión del agua a mayor profundidad que los anteriores diseños, le restaba eficacia al sistema. Finalmente quedaba relegado a una simple cámara de observación.
Del equipo de los Hermanos Carmagnole nos hemos ocupado en una edición anterior. Este equipo de 1882  constituyó uno de los primeros equipos atmosféricos de operación submarina. Su diseño incluía un sistema de articulación basado en el principio de las juntas de amortiguación por aire. El único prototipo fabricado, conservado en el museo de la Marina en París, no superó las pruebas de impermeabilidad, el agua entró en el interior y el proyecto fue abandonado. Cada uno de estos pasos en la evolución de los dispositivos de inmersión que tomaban en cuenta la conformación del cuerpo humano fueron escalones en una evolución que permitió al ser humano una cada vez mas independiente movilidad bajo la superficie de la aguas.
Otro ejemplo de trajes metálicos con excelente resistencia a la presión de las profundidades, pero muy poco prácticos para realizar tareas submarinas, es el diseñado en 1907 por el explorador O.E.Gandy, que le permitió sumergirse a 70 metros. El traje pesaba 270 kilogramos y se parecía a un mosntruo surgido de un libro de ciencia ficción. Las limitaciones de estos dispositivos rígidos hicieron que fuesen rápidamente desplazados por el conocido traje flexible bautizado escafandra. Consiste en un casco de metal conectado a la superficie mediante una manguera por el que se suministra el aire que el buzo respira durante su inmersión. La impermeabilidad al agua se obtiene mediante un traje de lona recubierto de caucho que se une herméticamente a la parte baja del casco
Su origen se atribuye al Chevalier francés Pierre Rémy de Beauve quien inventó una de las primeras escafandras de buceo, alimentada con aire desde la superficie. El traje de su escafandra (a la que no llamaba así, puesto que la palabra no existía todavía), estaba constituido de cuero y retenía el aire en el interior, manteniendo seco el cuerpo del buceador durante toda la duración de la inmersión. A este tipo de traje, hoy en día, se le llama traje seco. En los años que siguieron hubo otros inventos para trajes de buceo, como el que realizó en París en 1771 el Sieur francés Fréminet. El invento de Fréminet fue el primero en utilizar un casco de metal, pero su traje (seco) estaba todavía constituido de cuero. En el siglo XIX los inventores perfeccionaron los cascos de metal de sus escafandras, pero también perfeccionaron los trajes.