A pesar de su potencia, puede decirse que no fue un navío afortunado. En 1942, estando en Noruega, intentó interceptar dos convoyes aliados con destino a la Unión Soviética, pero la misión culminó en fracaso. A pesar de ello, el Tirpitz actuó como una flota en potencia y su sola presencia obligó a la Real Armada Británica a mantener un número elevado de fuerzas en el área, con la finalidad de evitar sus maniobras. En septiembre de 1943 en una operación combinada junto con el acorazado Schanrhorst, bombardeó los asentamientos aliados en la isla de Spitsbergen, primera ocasión en que el acorazado hizo uso de sus baterías principales. |
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