El Iowa exigíó respuestas para saber que había pasado. Walter sólo acertaba a decir “Hemos sido nosotros”. El Jefe del Convoy Almirante King, expulsó inmediatamente al “Willie Dee” ordenando a Walter el regreso a la base naval de Bermuda. Roosevelt escribió en su diario:
“Lunes, demostración de artillería. El Porter nos lanzó un torpedo por error. Lo vi, falló por unos 1.000 pies (300m)
Nada más atracar el barco fue asaltado por una unidad de marines armados. El “Willie Dee” tuvo el cuestionable honor de ser el primer y único barco de la marina al que toda la dotación fuese puesto bajo arresto. El torpedista Dawson fue condenado a 14 años de trabajos forzados pero afortunadamente el Pte.Roosevelt le otorgó un perdón presidencial.
El “Willie Dee” era recibido en todas partes con bromas en plan “¡Alto el fuego! Nosotros no votamos a Roosevelt” o “¡No disparen! ¡Somos republicanos!”. Finalmente, la marina decidió destinar al USS Porter a un lugar alejado donde no pudiera hacer mucho daño. Fue destinado a Dutch Harbor, perfecto lugar para patrullar por las gélidas aguas de Alaska y las islas Aleutianas por si acaso los japoneses se decidíeran a aventurarse por el norte.
La saga contiuó cuando en las Islas Aleutianas un marinero regresó borracho al buque y se le ocurrió disparar la artillería del barco. Llegó hasta una de las torres, elevó el cañón y abrió fuego. Quiso el destino que el cañón apuntase hacia la residencia del comandante de la base, el proyectil cayera en el césped delantero de la residencia en lugar de en el tejado. Casualidad, se estaba celebrando una fiesta con los principales oficiales y sus esposas. Todos pensaron en un ataque japonés a Alaska.
Luego de un tiempo, el rumbo de la Guerra del Pacífico hizo que el USS Porter fuese destinado a la zona de combate. A finales de Marzo de 1945 fue destinado a Okinawa para que formase parte del piquete anti--kamikaze. Un kamikaze tenía la suficiente carga explosiva como para dañar los cascos de los destructores. Un kamikaze atacó al buque, pero la artillería consiguió derribarlo antes de impactar al buque.
Lo que la tripulación no tuvo en cuenta fue que el derribo, tan cercano, permitió al aparato continuar deslizándose por inercia bajo el agua. Así, el avión con toda su carga explosiva terminó impactando en la propia quilla del barco. La explosión fue tan fuerte que el buque saltó en el agua. Tras una evaluación de daños se vio que era imposible reparar los daños estructurales. El buque se dio por perdido y fue abandonado. A pesar de los numerosos daños el “Willie Dee” tardo tres horas en hundirse dando mucho tiempo para su evacuación.
Increíblemente, la única baja de su tripulación fue el marinero caído al agua en su primera misión de escolta al Iowa. Al momento del hundimiento, todos fueron rescatados.

El USS William Porter pasó a la historia como la oveja negra de la marina, el “Willie Dee”, como lo hemos nombrado en esta crónica, fue rápidamente olvidado por todos y su incidente con el USS Iowa pasó a ser secreto hasta que fue oficialmente desclasificado en 1958.