Un Héroe de Guerra Que Jamás Fue Reconocido
Job Maseko fue un héroe sudafricano de la Segunda Guerra Mundial que hundió un barco nazi con una bomba hecha con una lata de leche condensada. Desafortunadamente, se le negó la más alta condecoración militar debido a su raza. Trabajaba como repartidor cuando se ofreció como voluntario para el servicio en el Cuerpo Militar Nativo de Sudáfrica durante la Segunda Guerra Mundial (NMC). Más tarde fue enviado a la 2ª División de Infantería de Sudáfrica tras finalizar el entrenamiento básico en el norte de África.
Debido a las normas raciales de Sudáfrica en ese momento, los soldados de raza negra no podían portar armas de fuego. Solo se les permitieron armas tradicionales como lanzas para guardia y servicio ceremonial. Maseko sirvió como camillero para las fuerzas aliadas en el norte de África, brindando asistencia médica a los heridos. Cuando su comandante se rindió a los alemanes en Tobruk en junio de 1942, se convirtió en prisionero de guerra. Se vio obligado a trabajar en los puertos de Tobruk.
Siendo un ex minero, hizo una bomba asombrosa el 21 de julio usando una lata de leche condensada, cordita y una mecha larga. Cargó la pequeña lata con pólvora y la colocó en la bodega de un barco alemán cerca de unos bidones de gasolina.
Colocó su bomba en lo profundo de la bodega el 21 de junio de 1942, justo antes de que estuvieran listos para abandonar el barco, ya sobrecargado. Encendió la mecha y corrió hacia el muelle. Una enorme explosión estalló hundiendo el barco al instante. Eventualmente escapó del campo de prisioneros de guerra y ascendió al rango de cabo de lanza. Se suponía que iba a recibir la Cruz Victoria, el premio militar más alto y prestigioso, pero en cambio recibió una Medalla Militar, debido a la segregación que sufrieron los de su raza hasta bien entrado el Siglo XX y que, a pesar de los grandes cambios en la República de Sudáfrica, perduran en la memoria de sus habitantes.